LAS LUCES URBANAS. Josep Segú, La Vanguardia (Abril 2008)

La exposición de Carlos Díaz adquiere especial importancia en su carrera porque viene avalada por su reciente participación en la colectiva de realismo español en Alemania, En la luz de la realidad, en el Panorama Museum, Bad Frankenhausen, agosto 2007. Esta muestra de altísima calidad lo consagra como uno de los pocos elegidos para representar el excelente nivel del horizonte pictórico español.

Muy pocos han pintado los árboles de Barcelona con una manera tan descriptiva como Carlos Díaz. La luz gira alrededor de los plátanos de Barcelona, símbolo de estatismo y placidez de la ciudad, engrandeciendo las protuberancias de los troncos, las hendiduras y las cortezas. El sol incide en estos elementos, generando manchas que oscilan del verde al gris y luego al sombra tostada.

Díaz reconstruye ágilmente las paredes de las casas a medio demoler, a golpes certeros de espátula y de pincel. Pinta fachadas deslucidas y descubre grafitis, desgarros y magulladuras supervivientes al derribo.

En esta ocasión podríamos estar contemplando cualquier ciudad sosegada de provincia, con su calle Mayor y su plaza real, si los coches en movimiento, capturados de forma magistral, no le dieran este toque de modernidad que contrasta con la melancolía de sus muros y la inacción de los árboles. Carlos Díaz retrata una Barcelona popular y dulcificada, que un día, ya no debe faltar demasiado, nos sobrecogerá por su dinamismo cultural. Una ciudad, que a pesar de sus miedos y recelos aún nos asombra con un grupo cada vez más numeroso de buenos pintores realistas.